Palabras del Presidente Juan Manuel
Santos en la inauguración de la 26ª Feria Internacional del Libro de Bogotá
Bogotá,
17 abr (SIG). "Desde Portugal se divisa el
mar, se siente el mar, se vive el mar.
El océano Atlántico es el infinito profundo de una nación
que desde hace muchos siglos se lanzó a las aguas para descubrir el mundo.
Hoy Portugal, siguiendo su vocación, descubre otro país:
descubre a Colombia, que esperaba ansiosa su llegada.
Y nosotros también tenemos la alegría de acercarnos a
Portugal, que viene con sus autores, con sus músicos, sus arquitectos, sus
cineastas, su gastronomía y –sobre todo– con su mar.
De pronto Bogotá, esta ciudad andina en que vivimos a
2.600 metros de altura, se ha convertido –igual que en una fábula de Saramago–
en una isla improbable, circundada por aguas color turquesa, como si Portugal
nos rodeara con su abrazo marino.
¡Y qué hermoso que sea así! Recibir a Portugal –acompañada
de la fuerza de su mar, de su historia y su cultura– es un hecho poético,
mágico, que nos llena de ilusión.
Han venido ustedes, señor Presidente, a traernos ese mar
portugués que Fernando Pessoa describió en sus versos:
Oh mar salada, ¡cuánta de tu sal
son lágrimas de Portugal!
Por cruzarte, ¡cuántas madres lloraron,
cuántos hijos en vano rezaron!
¡Cuántas novias quedaron por casar
para que fueses nuestra, oh mar!
Por eso resulta tan apropiado el lema que caracteriza la
presencia lusa en Bogotá: "Desde mi idioma se ve el mar".
En pocas lenguas como el portugués encuentra el mar una
mayor presencia; una mayor dimensión humana, épica y lírica.
Luis de Camoens –por ejemplo–, el Príncipe de los Poetas
de su tiempo, no solo fue un soldado sino que inmortalizó los descubrimientos
del gran navegador Vasco de Gama
Por ello, fue en su tumba, en el hermoso monasterio de los
Jerónimos, donde el primer día de nuestra reciente visita a Portugal colocamos
un ramo de rosas colombianas.
De ese mar, de esa tradición, de esa historia, llega
usted, apreciado presidente Cavaco Silva, encabezando la gran delegación
portuguesa que se hace presente en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Como si se tratara de un navío lleno de tesoros, llega su
barco con 23 escritores portugueses, y con 20 mil libros que se ofrecerán en su
pabellón y otros 20 mil que se regalarán a través del programa Libro al Viento.
Además, se lanzan en la Feria más de 30 libros portugueses
traducidos al castellano exclusivamente para este evento, más de la mitad de
ellos publicados por editoriales independientes.
Los lectores colombianos –que ya están familiarizados con
la obra de Camoens, de Queirós, de Pessoa, de Lobo Antunes o Saramago– tendrán
la ocasión de conocer lo más actual de la literatura portuguesa.
Por ejemplo, se lanzan en primicia mundial la edición de
un libro hasta ahora inédito del mismo Saramago, así como traducciones
exclusivas de autores portugueses que van desde Fernando Pessoa hasta Vasco
Graça Moura y otros poetas y escritores contemporáneos que nos acompañan.
Se presenta, por otro lado, con el patrocinio de nuestra
Cancillería, la traducción al portugués de dos obras emblemáticas de la
literatura colombiana, como son La Vorágine de José Eustasio Rivera y una
antología poética de uno de nuestros más grandes escritores, Álvaro Mutis
–ganador del Premio Cervantes–
También vienen personalidades como el premiado arquitecto
Eduardo Souto Moura o Pilar del Río –la entrañable compañera de Saramago y
presidenta de la Fundación que lleva su nombre–.
Por supuesto, no podía faltar el fado, el nostálgico fado,
que nos llega en la voz de sus mejores intérpretes.
A nombre de los colombianos, de los 47 millones de
colombianos, quiero agradecer a usted, señor Presidente, y al Secretario de
Cultura de Portugal, Jorge Barreto Xavier, por este enorme esfuerzo que han
hecho.
Sabemos que Europa –y Portugal en particular– atraviesa
por una época muy difícil y por eso valoramos y agradecemos la generosidad y
grandeza con que han respondido los portugueses a esta invitación.
También debo reconocer el aporte fundamental de un
colombiano con alma lusa: el profesor Jerónimo Pizarro, quien no sólo es uno de
los mayores especialistas en el mundo en la obra de Pessoa, sino que fue el
comisario para Portugal de su participación en esta feria.
Gracias a estos esfuerzos, hoy recibimos, complacidos, la
más amable de las invasiones –la invasión de la cultura portuguesa– y podemos
decir, literalmente, que Portugal se toma a Bogotá.
La Feria del Libro de Bogotá, que llega a su vigesimosexta
edición gracias al buen trabajo de la Cámara Colombiana del Libro y de
Corferias, gana cada vez más presencia y prestigio dentro de las ferias que se
realizan en todo el planeta.
Este año –además de la presencia de los mejores
escritores, periodistas e ilustradores de Colombia y muchas regiones del mundo–
contamos por primera vez con la participación de un premio nobel: el escritor
francés Jean-Marie Gustave Le Clézio.
¿Sabían ustedes que, en un hecho sin precedentes, han
venido a nuestro país en los últimos tres meses nada menos que cinco grandes
escritores laureados con el Nobel de Literatura?
En enero estuvieron Mario Vargas Llosa y la novelista y
poetisa rumana Herta Müller.
Hace pocos días estuvo en Bogotá el nobel sudafricano John
Maxwell Coetzee, y también hace poco llegó para una estancia en Cartagena
nuestro querido Gabriel García Márquez.
Y ahora nos visita nada menos que Le Clézio, un autor que
ha sabido transmitir la riqueza y diversidad del mundo y sus culturas
ancestrales en su obra.
Nos honra saber que hace cuatro décadas estuvo en Colombia
–en las selvas del Darién– y que aquí aprendió de la sabiduría de los pueblos
emberas y wounaan, una experiencia que cambió su vida y le inspiró algunos de
sus libros.
Siempre me alegra venir a estar feria, y poder compartir
los avances de nuestro gobierno en un esfuerzo al que le ponemos todo el
corazón como es el Plan Nacional de Lectura y Escritura "Leer es mi
Cuento".
Estamos empeñados en promover la lectura como fuente de
crecimiento personal –y por consiguiente de la sociedad–.
Sabemos que la lectura es una de las estrategias más
efectivas para cerrar las brechas y hacer de Colombia un país MÁS JUSTO y MÁS
MODERNO.
Los Ministerios de Cultura y de Educación están
fortaleciendo, como nunca antes, la red de bibliotecas públicas y de
bibliotecas escolares del país.
Cuando llegamos al gobierno, en las bibliotecas públicas
había 8 millones y medio de libros, adquiridos en un lapso de siete años, entre
2003 y 2010.
Pues bien, en los primeros dos años y medio de nuestro
gobierno hemos adquirido y producido para estas bibliotecas 7 millones y medio
de libros.
Y estamos haciendo gran un esfuerzo por un sector de la
sociedad muy especial, es la primera infancia porque sabemos que el hábito de
la lectura se forma en los primeros años de vida del ser humano.
Hemos dotado a las más de 1.400 bibliotecas públicas del
país, a los más de 1.300 centros de atención integral de primera infancia y a
todos los hogares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar con
colecciones de libros para la primera infancia.
Yo me la paso diciéndoles a los padres y a las madres:
enséñenles a sus hijos a leer, no hay nada más maravilloso, descubren un mundo
nuevo que dura toda la vida.
Incluso, cada vez que entregamos una vivienda de interés
prioritario –que benefician a las familias de menos recursos del país– la
vivienda incluye una biblioteca básica de 9 libros escritos y editados
especialmente para sus intereses.
En cuanto a las bibliotecas escolares, triplicamos la meta
que nos habíamos fijado en el Plan Nacional de Desarrollo, y para el final de
este año habremos entregado 19 mil cuatrocientas bibliotecas a igual número de
escuelas, incluyendo formación a los docentes.
Tan solo para este plan de lectura hemos adquirido más de
5 millones de libros.
A esto se suman los 18 millones de textos escolares del
programa "Todos a Aprender" que hemos entregado a los niños de
primaria de más bajos recursos para mejorar sus aprendizajes en lenguaje y
matemáticas.
¡23 millones de
libros y textos! Esta
es una inversión sin antecedentes en la historia del sector educativo
colombiano.
Y lo mejor es que todas estas compras, tanto por el
ministerio de Cultura como el de Educación, están siendo realizadas mediante un
método de subastas inversas que nos ha permitido adquirir más libros a un
precio más moderado.
Así estamos promoviendo el viaje maravilloso que significa
la lectura entre los niños y jóvenes de nuestro país, comenzando – como ya
dije– por esos primeros años cuando aprendemos el gusto por los libros a través
de los cuentos que nos leen.
Bien decía el siempre vivo Saramago:
"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin
conseguir nunca ir más allá de la lectura; se quedan pegados a la página, no
entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de
un río. Si están allí, es para que podamos llegar a la otra margen. La otra
margen es lo que importa".
Eso es lo que queremos para los colombianos: que
atraviesen el río sobre el puente que forjan las palabras; que lleguen
victoriosos y felices a la otra margen, a ese otro lado que significa cruzar la
brecha, avanzar en el camino de la vida.
Apreciado presidente Cavaco Silva, amigos de Portugal y
del mundo, y amigos todos del libro:
Hoy recibimos a Portugal y su cultura con la misma
admiración y respeto con que los portugueses acogieron en noviembre pasado la
exposición del maestro Fernando Botero, que se realizó en el majestuoso Palacio
de Ajuda de Lisboa.
Estamos, además, a escasos días de conmemorar los 39 años
de la Revolución de los Claveles, lírico nombre con que quedó registrado en la
historia el levantamiento militar del 25 de abril de 1974 contra la dictadura
más larga de Europa.
Claveles rojos, del color de la sangre que no se derramó,
fueron sembrados en los cañones de los fusiles que no se dispararon.
¡Qué bonita alegoría para un país que, como Colombia, hoy
sueña la paz y tiene razones para creer en la paz!
Sé –como le dije ayer señor Presidente– que al terminar
estas semanas de intensa presencia portuguesa aquí en nuestro país, será
inevitable sentir una profunda saudade, esa palabra hermosa que nos regaló la
lengua portuguesa.
Ojalá cada día más se incentive en nuestro país el
aprendizaje de este idioma que suena como música a nuestros oídos y que hablan
más de 250 millones de personas en el mundo.
Y ojalá nos visiten cada vez más portugueses que vengan a
aprender español en nuestro suelo; que quieran contagiarse de nuestra alegría y
nuestra mezcla de culturas; que se animen a vivir y disfrutar el "realismo
mágico", ese que nos distingue en todo el mundo.
Mientras tanto, aquí, en Bogotá –en esta ciudad alta
rodeada por la cordillera– vamos a respirar el mar, vamos a sentir el mar, a
mojarnos de mar, a escuchar el mar, a oler el mar…
Ese mar que nos traen – como un regalo de los siglos– el
arte y la cultura de Portugal.
Muchas gracias".
---
extraído de Presidencia da Republica de Colombia
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